¡Saludos, amantes de la música! Aparte de ser un apasionado de la música, tengo otras aficiones, desde coleccionar todo tipo de cubos de Rubik hasta jugar a juegos de mesa. Pero, como deduciréis en el título de esta entrada, voy a hablaros de un barco que desde hace muchos años me ha estado cautivando tanto por su aspecto como por su historia: el mismísimo Titanic. ME ENCANTA este barco, y siempre me gusta aprender cosas nuevas sobre él, más allá de que se chocó contra un iceberg en la noche del 14 de abril de 1912 (su hundimiento cumple hoy 113 años 😉). ¿Y por qué no aprender sobre algo que mezcle Titanic y música? ¡Pues estás de suerte, porque hoy vas a aprender algo más de este famoso trasatlántico🚢🚢🚢!
Si has visto la película homónima de James Cameron, te acordarás de que había unos violinistas que tocaban durante el hundimiento del Titanic. Pues esos músicos no son inventados por la película. ¡Existieron en la vida real y estuvieron a bordo del barco!
Esta orquesta del Titanic estaba formada por ocho músicos, cada uno con su especialidad: Jock Law Hume (violín), George Krins (violín), George Woodward (cello), Roger Bricoux (cello), Percy Taylor (piano), Ted Brailey (piano y órgano eléctrico), Fred Clark (contrabajo), y por último y más importante Wallace Hartley, el cual ejercía de violinista y director.
Estos músicos, contratados por la White Star Line (la empresa que se hacía cargo del Titanic y otros grandes barcos) dormían en habitaciones de segunda clase, pero por lo general tocaban en salas de primera clase. Al parecer, hasta el momento del hundimiento, no tocaron nada los ocho juntos. Se reunieron con el director en un salón de primera clase tocando todo el repertorio que se sabían, como un intento de que las personas a bordo no perdiesen la calma. Y si hablamos de las canciones que se tenían que memorizar, se asegura de que eran más de 350 obras diferentes, entre las que destacaban valses, óperas, Ragtime y otros géneros alegres. Más tarde, se pusieron a tocar en la popa del barco hasta prácticamente hundirse el barco por completo.
Al igual que en la película, según algunos supervivientes, la última canción que tocó la orquesta antes de disolverse fue el himno Nearer my god to thee (Más cerca, oh Dios, de ti), como último símbolo de esperanza. Y es una pena, porque ninguna de estas ocho personas, ni siquiera Walllace Hartley, sobrevivió al hundimiento del Titanic por la falta de botes.
En resumen, estos músicos serán recordados por su gran heroísmo, porque hicieron lo mejor que se podía hacer: mantener la calma, morir con dignidad y tener pasión por la música hasta el final, a pesar de que eran conscientes del problema y de que iban a fallecer muchos de los que estaban a bordo del trasatlántico. ¡Esa sí que es la actitud no solamente de una buena orquesta; también de personas con una actitud ejemplar! 👏👏👏👏
Si te ha gustado esta entrada, déjamelo en los comentarios, porque a mí, con lo fan del Titanic que soy, me ha encantado traer este tipo de contenido en el blog. Ni yo sabía tanto sobre esta orquesta, pero el trabajo de investigación que he hecho ha merecido la pena; he disfrutado escribiendo cada palabra.
Y esto ya no tiene nada que ver con la música: Si queréis saber más acerca del Titanic, podéis pinchar en este enlace y ver cómo fue la tragedia del Titanic en tiempo real. ¡Hasta otra entrada! ¡Y que la música resuene siempre en vuestro interior! 🎻🎻🎻
la verdad es que su historia es muy emocionante, y seguro que ayudaron a mucha gente a afrontar su dramático final de una forma muy humana.
ResponderEliminaraburrido
ResponderEliminar